Txt About Acerca de Juan Balaguer

A wheapon loaded with reality

Article by Beatriz Vignoli about "I care about you" exhibition, published in the newspaper Página/12, october 23rd, 2007
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Un arma cargada de realidad

Nota de Beatriz Vignoli acerca de la muestra "Me importas tú", en las Galerías del Centro Cultural Parque España de Rosario, publicada en el diario Página/12 del 23 de octubre de 2007
Una serie de pinturas en gran formato rescata la tradición de aquellas estrategias antidiscursivas de significación de las mismas neovanguardias que la daban por superada y abolida. O de los neoexpresionismos que la redimen.

Según Mari Carmen Ramírez, el conceptualismo latinoamericano de fines de los años sesenta hizo del objeto real el soporte de unas estrategias que apuntaban a producir significados relativos a su posición estructural dentro de un contexto o circuito social más abarcador. En algunas cátedras de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario enseñan artistas que fueron protagonistas de aquel conceptualismo. Varios de los seis pintores que exponen hasta el 11 de noviembre en las tres galerías del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río) se formaron o enseñan o enseñaron allí. También han recorrido talleres de artistas como Noé o Gorriarena. Por eso no es casual que su pintura tenga la densidad de "lo real" y una mirada crítica. Juan Balaguer, Mario Godoy, Pedro Iacomuzzi, Fernando Rossia y Jorgelina Toya, con la curaduría de Eduardo Stupía, presentan bajo el título común de "Me importas tú" una serie de pinturas en gran formato que rescata para la tradición de la pintura aquellas estrategias antidiscursivas de significación de las mismas neovanguardias que la daban por superada y abolida. O de los neoexpresionismos que la redimen.

A semejanza de algún monstruo invencible de ciencia ficción, la nueva pintura se alimenta de las mismas armas ultramodernas con que se creyó darle muerte. No sólo del conceptualismo, sino de las nuevas tecnologías de la imagen: el cine, la fotografía, la historieta, la publicidad, los efectos especiales digitalizados, sus durezas y brillos de fetiche inmaterial, todo lo devora esta pintura con su mímesis insaciable. Lo devora, lo incorpora y por supuesto lo muestra. Las imágenes resultantes son oscuras: exhiben algo así como demasiada realidad, sufren la realidad como exceso; denuncian una violencia que no sólo es extrapictórica, del país y de la época, sino más soterrada, acaecida en el interior del lenguaje artístico mismo. Los géneros tradicionales del realismo pictórico (bodegones, interiores o retratos) retornan como zombis extrañados de sí. La pintura es hoy el sobreviviente que se presenta, es el dado por muerto que aparece. La suya es la hiperrealidad siniestra y alucinatoria del fantasma. Acaso por eso sus temas son los desaparecidos, los secuestrados, las vacas carneadas o por carnearse, las sobras del asadito: el despojo, el residuo, los restos de lo devorado. O por qué no la foto familiar o amistosa, pero sólo en la medida en que adquiera ribetes Unheimlich e interrogue: ¿Qué conspiran las mujeres en un rincón? ¿Qué le hacen el miedo o el tiempo a un cuerpo, a una cara? ¿Tiene alma una muñeca? ¿Qué dice, o mejor dicho, qué calla una mirada?

El hiperrealismo de Juan Balaguer (Rosario 1972) supera y trasciende el mero naturalismo en la medida en que se pone al día con las herramientas de reproducción técnica. Con virtuosismo impecable, Balaguer traduce pictóricamente los puntos de retoque donde el resultado se desvía digitalmente de aquella foto a cámara limpia que le servía de base al fotorrealismo de los años 70. "Pinto convencido de que la pintura imitativa convierte la realidad en signo" escribe en su página web, http://www.juanbalaguer.com. Allí, sus textos en defensa de la vigencia de la pintura cargan con la intensidad de los manifiestos. Pero su pasión no está puesta en destruir sino en renovar la tradición. La suya es la segunda fase del banquete edípico: ya matamos al padre, ahora hay que comerlo, parecen decirle sus bodegones al siglo XXI.