Txt About Acerca de Juan Balaguer

Images that make ghosts

Interview to the Pic-Fic exhibition curator Beatriz Vignoli by Osvaldo Aguirre, published in the newspaper La Capital, may 15th 2011
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Imágenes que hacen fantasmas

Osvaldo Aguirre entrevista a Beatriz Vignoli, curadora de la muestra Pic-Fic, siete pintores contemporáneos, publicada en el diario La Capital, de Rosario, 15 de mayo de 2011


El ascensor se detiene con un zumbido. Una voz metálica, tipo robot, dice "quinto piso". La puerta se corre y aparece Beatriz Vignoli. Ella será la entrevistada, pero hace las primeras preguntas: quiere saber si estuvimos en el cuarto piso, donde comienza Pic-Fic. 7 pintores rosarinos contemporáneos, la muestra que expone con su curaduría la Fundación Osde, y si tenemos el material de prensa.

Vignoli condensa su experiencia como poeta, crítica de arte y traductora en su oficio de curadora. Pic-Fic es una palabra que se inventó. Viene del inglés, de picture, imagen o cuadro, y de fiction, ficción. Bajo ese nombre reunió obras de Juan Balaguer, Javier Carricajo, Mario Godoy, Paula Grazzini, Pedro Iacomuzzi, Fernando Rossia y Jorgelina Toya. El título podría haber sido también pintura-ficción o ficciones en imágenes. Pero Pic-Fic tiene un plus de sentido: "es nombrar una caja de herramientas, un simulacro", explica. Y comienza a rebobinar la historia de la muestra.

El plan. Empecé a pensar en esta muestra a partir de otra, que fue la que curó Eduardo Stupía en el Parque de España en 2007. Se llamaba Importas tú e incluía a cinco de estos siete pintores. Tenía una fuerte reivindicación de la pintura en un campo cultural dominado por el objeto, la instalación y otros géneros de conceptualismo. Al ver esa muestra entendí que la pintura también podía trabajar con estrategias conceptualistas, que no por ser pintura iba a ser menos contemporánea que un objeto o una instalación. Al año siguiente, se me ocurrió sumar a otros pintores. Juan Balaguer me recomendó a Carricajo y a Grazzini, a quienes yo no conocía. Los visité en sus talleres y después visité a Godoy y a Pedro Iaccomuzzi. Me acerqué con la pregunta de por qué pintaban, cuando tenían una imagen tan si se quiere fotográfica. Después, viendo cómo trabajaban, me di cuenta que lo fotográfico era una fuente entre muchas. Ellos pintan porque decidieron seguir pintando. Reunirlos en una muestra era una buena operación dentro del campo local.



Poética. Preparar la muestra fue un trabajo colectivo, de muchas reuniones y conversaciones sobre el por qué de la pintura hoy, sobre cuál es la vigencia de la pintura. Empecé a pensar con ellos en la pintura como ese espacio ilusorio que ofrecen las artes plásticas donde es posible pensar la imagen como ficción. Estos son pintores que entienden la pintura como simulacro y juegan con los dispositivos de representación, los complican, reflexionan sobre el lenguaje.

Ayer y hoy. Las políticas culturales locales reflejan lo que internacionalmente se muestra en los bienales. Los curadores viajan, ven que a lo mejor una obra premiada es una lámpara que se enciende y se apaga y entonces dicen "¿cómo, nosotros todavía estamos con la pintura?" (risas). Como si el arte tuviera un desarrollo lógico. Pero hoy la situación cambió muchísimo. La pintura está muy revalorizada. Ya no necesitamos salir con capa y espada a defenderla, porque la pintura está reinstalada, por una serie de movimientos internos y de reacomodamientos de la política cultural. En este momento, por ejemplo, está la muestra Santa Fe pinta bien en el Museo Castagnino. La gente que vino a esta muestra, las más de 500 personas que estuvieron en la presentación, dieron por sentado que la pintura es un arte indudablemente legítimo.

Afinidades. Las afinidades entre las obras me parecían claras. Costó por ahí integrar todo, porque son artistas que están mutando en su lenguaje, porque todavía están experimentando, si bien tienen una gran madurez. Entre que surgió la idea y comenzamos a preparar la muestra, Fernando Rossia pasó por ejemplo de la pintura al digital. Además venía de una crisis personal donde decide que va a seguir siendo un pintor, aunque en vez de pincel use un mouse. Desde un punto de vista más tradicionalista se lo puede considerar como obra gráfica, pero está concebida pictóricamente.



La ilusión de lo real. Convencionalmente la pintura es pensada como composición, como imagen. En esta muestra lo que aparece es un juego entre por un lado la ilusión de lo real, una imagen con un alto grado de iconicidad, emparentada con el hiperrealismo, aunque no sea estrictamente hiperrealista, y por otro lado la sensación de que cada cuadro podría ser el fotograma de una película y además es una imagen a la que se llegó a través de procedimientos que tienen que ver con otros géneros de la contemporaneidad. Pedro Iaccomozzi decía que las fotos que saca de gente que no conoce para él son personajes de una novela no escrita. Esa asociación se puede ver en la obra de los demás, como si sus imágenes fueran parte de un relato, como si mostraran fragmentos de un mundo imaginario.

Tradición y novedad. Todos los artistas de la muestra dialogan con la tradición. Por momentos la cumplen y por momentos la subvierten. Toya hace un animalismo que no es el tradicional sino que pone la vaca en el lugar donde tradicionalmente habría estado la figura humana, en la tradición del género retrato. Ella está utilizando esa tradición para decir algo sobre el presente, del mismo modo que Juan Balaguer recupera el género bodegón con una mirada muy educada por el cine, la publicidad y la imagen digital. Paula Grazzini se inscribe en tradiciones artísticas modernas que tienen que ver con el descubrimiento del inconsciente. Está emparentada un poco con el surrealismo y un poco con el dadaísmo; ella es quizás la que más libremente compone sus imágenes y también tiene un diálogo muy potente con el teatro barroco.



Clarito. En la curaduría se trabaja siempre con otros. Curiosamente se parece más a mi otro trabajo, como traductora. Como curadora tengo que estar traduciendo: el artista dice "desaturado" y yo al público le tengo que decir "clarito". Son como mundos distintos que normalmente no se tocan. Por un lado está la institución, por otro lado los artistas, por otro lado la prensa, por otro lado el público y yo estoy como corriendo entre esas cuatro bases y tratando de que todos entiendan algo (risas).